Sartén (para 500 g): viértalo directamente congelado en una sartén con un poco de aceite (4 cucharadas soperas) bien caliente. Rehogue a fuego suave durante 8 minutos aproximadamente, añadiendo, a la mitad del tiempo, medio vaso de agua (125 ml). Sazone al gusto. Remueva de vez en cuando. Déjelo en reposo durante 2 minutos antes de consumir.
Microondas (para 250g): añádalo directamente congelado en un recipiente adecuado para el microondas y rocíelo con un chorrito de aceite. Sazone al gusto. Tápelo y caliente en el microondas durante 7 minutos a potencia máxima, remuévalo a la mitad del tiempo y continúe calentándolo. Déjelo en reposo durante 2 minutos antes de consumir.
El posible fraccionamiento del producto permite darle varios usos, conservando el que no se gaste en estado congelado.
El producto descongelado puede permanecer en el frigorífico durante 24 horas.